jueves, 13 de agosto de 2015

La deslocalización

En el mundo actual, en el que el proceso de globalización se ha completado casi al 100%, las grandes empresas multinacionales, que se mueven por la búsqueda del máximo beneficio, encuentran la posibilidad de hacer realidad sus sueños de manera muy sencilla. El máximo beneficio se puede lograr de dos formas: aumentando los ingresos o reduciendo los gastos. Las empresas multinacionales suelen optar por las dos opciones.
Reducir gastos es la base sobre la que se sustentan los procesos de deslocalización. Las empresas deslocalizan para gastar menos en las actividades que van a ser trasladadas de lugar.
Se puede decir también que el contexto mundial “obliga” a deslocalizar a las empresas. Las empresas, para obtener más beneficios, han de aumentar los ingresos accediendo a un mayor número de mercados (transnacionalizándose) y han de reducir gastos localizándose allí donde se den las condiciones para hacerlo (deslocalizándose).
Las empresas suelen mudarse a la periferia, donde las necesidades de los países son mayores, y hay mano de obra a bajo precio.
Las empresas del sector automovilístico, del sector textil o de industrias pesadas suelen ser las que más deslocalizan. En sus cadenas de producción hay tareas o funciones que requieren de menos cualificación, y se busca una mano de obra más barata.
Todo se comprende mejor con un modelo
Hay que distinguir entre las distintas tareas o tipos de funciones que tienen lugar dentro de una empresa multinacional, de grandes dimensiones. Es un aspecto importante porque, a la hora de deslocalizar, importa mucho qué se va a delegar en los trabajadores de un país extranjero.
No todas las funciones tienen un mismo rango o nivel. Las funciones de dirección y de gestión general de la empresa son las más importantes, y por tanto las de mayor rango. Una empresa no va a deslocalizar a su equipo de directivos o a sus ejecutivos más importantes. Por otro lado están las funciones de administración. Se puede distinguir un tercer nivel o tipo de funciones que serían las de producción. Estas ocupan el menor rango, ya que son las que menos cualificación requieren, y las que menos valor añadido aportan a la empresa. Las actividades de menor rango son las más fácilmente deslocalizables. Son las actividades mas baratas para las empresas.
Las funciones de administración también se deslocalizan. Para gestionar la producción de otro país, lo mejor es llevar esa gestión a dicho país.
Primera fase: deslocalización tradicional.
Esta primera deslocalización se basa en la reducción de costos de producción. Las grandes empresas occidentales, procedentes de la triada economica se encuentran con que determinadas actividades son más rentables si las realizan personas menos cualificados en espacios perifericos
Las actividades que se suelen deslocalizar son las más sencillas: producción manufacturera y administración y gestión de datos. Otros procesos como la gestión central o la dirección se mantienen en los puntos de más alto rango (ciudades globales como Londres, Nueva York, París, Madrid, Tokio, Sidney). Así se explica que en estas ciudades encontremos modernos rascacielos y centros de negocios de alto nivel. Las actividades que en ellos tienen lugar son de mucha importancia para las empresas.
Segunda fase de deslocalización: un proceso reciente
Esta segunda deslocalización se basa en la cualificación creciente de la mano de obra en países de la periferia como China o la India, y consiste en que las grandes empresas de los países de la periferia traspasan actividades de producción o confección a otros países como Filipinas, Pakistán o Indonesia.
Las empresas que realizan esta deslocalización pueden tener relación con las multinacionales occidentales, pueden ser empresas subcontratadas por alguna corporación de Occidente que, a su vez, subcontratan o se van a fabricar a otros países. En este caso los productos de la empresa occidental habrán sido deslocalizados dos veces.
Es especial el caso de Los Cuatro Tigres Asiáticos, que ya se analizaron en el apartado Los países emergentes. Estos cuatro, están enmarcados geográficamente dentro de lo que tradicionalmente se ha conocido como la Periferia. Las empresas asiáticas con sede en Hong-Kong o Taiwan trasladan sus operaciones de menor rango a otros espacios menos desarrollados y donde pueden ser más rentables, como Malasia, Tailandia, Indonesia, Bangladesh… 


La deslocalización se fomenta desde ambos lados

Tanto desde las potencias tradicionales de Occidente, como desde los países en desarrollo, que son los que reciben esa deslocalización, se hacen esfuerzos para que este proceso tenga lugar. Las multinacionales quieren reducir costes pagando menos a más obreros, que trabajarán más horas, producirán más y habrá que pagarles menos que en Europa o en otro lugar del Primer Mundo.
Se considera la deslocalización uno de los problemas causados por la globalización económica. Principalmente debido a que se basa en un menor coste de la mano de obra, legislaciones menos estrictas con la protección del medio ambiente, condiciones de trabajo más flexibles que permiten menos seguridad en el trabajo, mayor jornada laboral… etc.
En definitiva, el proceso de deslocalización lleva consigo una serie de aspectos negativos que no pueden pasarse por alto. 




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