El renacimiento de Asia y el rápido
desarrollo de otras regiones mundiales durante las ultimas décadas constituyen
una de las mas importantes mutaciones de las relaciones internacionales desde
la revolución industrial. La evolución es particularmente significativa en
Asia: el porcentaje de China e India del
PBI, calculado por el PPA, paso del 3,2% y 3,3% en 1980 al 13,9% y 6,17% en
2006. En dólares de 2007 constantes, su
PBI por habitante se multiplico por 16 en China y por 5 en la India. Esto
también se vio en Brasil, donde el PBI per cápita casi se triplico y en Rusia
donde alcanzo los 13173 dólares en 2006.
Este movimiento ascendente es acompañado
por una fuerte tendencia hacia la regionalización en Asia Oriental y por un
comienzo de regionalización en el MERCOSUR. Suponiendo que la actual crisis
económica no altere los fundamentos de esta dinámica, la participación total de
estas regiones en el PBI mundial debería alcanzar el 60% entre 2020 y 2025; con
un 45% correspondiente a Asia. El desarrollo económico será traducido en una
mayor autonomía política.
Así pues el sistema internacional del Siglo XXI será descentrado y
estará dotado de una multiplicidad de polos de decisión. Esto supone una
revolución, que cierra el largo ciclo de dos siglos de la preponderancia
occidental. Marca el retorno, bajos nuevas condiciones, a la configuración
mundial policentrica que precedió a la gran divergencia entre Europa y el mundo
extraeuropeo.
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