La gran crisis estadounidense de 1929
significo un salto adelante de la inestabilidad, debido al pasaje brutal de un
mundo de pequeños productores al predominio del salario.
La regulación fordista buscaba combatir la caída de la
actividad durante las recesiones y, para
ello, sostenían temporalmente la demanda global, en
particular mediante el apuntamiento de los salarios.
El fordismo fue aceptado por los capitalista mientras las tazas
de ganancias fueron elevadas. Pero a comienzos de los años 1980
alcanzaron sus nivel mas bajo. La reducción de los salarios
se convirtió en el objetivo central y el fordismo fue
desmantelado. Comenzó una nueva era de globalización. La del
salariado, en primer lugar, basada en los intercambios. Una segunda diferencia concierne no a la
amplitud, sino al contenido de la financiamiento en el siglo XIX, los
abundantes flujos mundiales de capitales estaban constituidos en su mayoría por
préstamos a Estados; en la actualidad atañen sobre todo a los accionistas,
fondos de inversión y la interpretación entre finanzas y economía real.
Las tasas de ganancia se recuperaron, pero
aumento la inestabilidad. El capitalismo navega entre dos precipicios, el
derrumbe, si no esta muy marcado, y la asfixia si lo esta mucho. Pero la
destrucción del fordismo no destruyo la realidad que le dio nacimiento. El
modelo que opto Estados Unidos consistió en apelar al ahorro de los hogares y a
su endeudamiento para sostener sus gastos
Este nuevo modelo es explosivo: la caída de
capacidad de ahorro de los hogares tiene como contrapartida el financiamiento
extranjero de la economía estadounidense. Genera la ilusión de que los bancos
centrales pueden gobernar y salvar la economía mediante la manipulación de las
tasas de interés y los créditos fáciles, pero empuja hacia la especulación.
Como consecuencia, la economía de EEUU navega de burbuja en burbuja, pasando de
internet al mercado inmobiliario, luego a las materias primas, y transmite al
mundo sus propias fragilidades.
El estallido de la burbuja inmobiliaria
tiene efectos particularmente graves, pues dos crisis se alimentan mutuamente.
Una que afecta a la economía real y puede durar mucho tiempo. La otra,
financiera, es temible porque alcanza a los bancos más importantes del mundo.
Una vieja imagen de lo que es era una fábrica de Ford en ese entonces
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